¿SON TODOS LOS CHAMANES IGUALES?
Sería muy simplista asumir que todos los chamanes son grandes maestros o sabios excepcionales. Los chamanes surgen del colectivo humano y, por tanto, en ese selecto grupo de personas encontramos todos los aspectos de la naturaleza humana. Como el resto de la gente, los chamanes exhiben distintas habilidades, talentos y motivaciones dentro de su vocación. Y como dice José María Poveda en su libro Chamanismo, el arte natural de curar que para mayor precisión hay que distinguir entre chamán y chamanismo, pues no todos los actos del chamán son necesariamente actos chamánicos, y personas que no sean chamanes, pueden utilizar o desarrollar tareas basadas en tales técnicas.
Dentro de su colectivo, los chamanes diferencian entre aprendiz, el individuo promedio, el que es bueno en su labor y el verdadero maestro. Por lo tanto hay una primera categoría que guarda relación con el nivel de habilidad. Obviamente hay chamanes que son más hábiles que otros, independientemente de sus años de experiencia. La experiencia es importante aunque no lo es todo. Aparte de las habilidades y los años de experiencia un chamán puede tener más talento que otro. Esto se manifiesta en los valores. Los valores están relacionados con aquello que para el chamán es significativo e importante, y determinan lo que un chamán hará o no hará con sus talentos, habilidades y conocimientos.
Existen cuatro sistemas de valores que influyen en la conducta de los chamanes. Así podemos encontrar de todo, unos mediocres y otros, excepcionales.
LOS DIFERENTES TIPOS DE CHAMANES
1. Chamanes orientados hacia la supervivencia.
El primero y más primitivo de los sistemas de valores chamánicos es el que está enfocado a la supervivencia. Éstos suelen ser muy supersticiosos, desconfiados y están dispuesto a hacer cualquier cosa para sobrevivir. Esto puede incluir asesinar a sus oponentes, practicar magia negra o hechicería para dañar a otros y conseguir sus fines egoístas. Son absolutamente despiadados y no entienden conceptos como amor, bondad, servicio o altruismo. Suelen sacrificar animales y usar sustancias embriagantes para sus ritos, como fermentos alcohólicos.
Su poder se basa en el miedo, y su empleo de las plantas de poder suele ser generalmente con fines adivinatorios (donde se encuentra la caza, los enemigos, etc..), con la finalidad de purgar el cuerpo físico o como medio de adquirir valor para la guerra. Las visiones con las plantas de poder suelen ser caóticas y sin significado aparente, por lo que las consideran un efecto secundario desagradable y no suelen cantar ícaros.
No son muy intuitivos, son rígidos e inflexibles y su forma de pensar es que cualquier problema o enfermedad esta causada por otros (visibles o invisibles) y perciben a los demás como enemigos.
2. Chamanes orientados hacia sí mismos.
Después del chamán orientado a la supervivencia viene la categoría de los chamanes que tienden a dar prioridad a su reputación. Para ellos lo importante y significativo es darse a conocer y tener éxito independientemente de los medios empleados para ello. Algunos son muy hábiles en el manejo tanto del mundo físico como del energético y cuentan con cierta ayuda del mundo invisible, aunque no de un nivel superior. Y aunque en muchos casos sanen a la gente, esa no es su motivación, si no la de hacerse ricos y adquirir poder.
Son personas que se dedican al chamanismo como negocio, no como vocación y utilizan sus técnicas o conocimientos para satisfacer sus fines egoístas. A veces muestran un gran carisma con el que atraen a la gente, pero no es más que la capa visible de un ego desmesurado.
3. Chamanes orientados al servicio.
Este grupo de chamanes está motivado por el servicio y ayuda a los demás. Tienen una profunda comprensión de la psicología de las personas y generan gran empatía en las personas. No recurren forzosamente a su tradición para orientarse, más bien se dejan guiar por su interior.
Por lo que no es extraño que incorporen elementos que no son de su tradición si consideran que benefician a la gente. Estos chames son flexibles y abiertos muestran grandes poderes curativos y siempre están dispuestos a ayudar a los demás. Tienen capacidad de manejar cierto tipo de aliados invisibles que le ayudan en su trabajo.
4. Chamanes orientados hacia la sabiduría.
Los chamanes orientados a la sabiduría son los grandes maestros. Son muy intuitivos, ven a los demás como si fueran transparentes. Tienden a ser directos y son muy compasivos y amorosos. Son muy respetados e incluso suelen ser líderes de sus comunidades. Demuestran gran destreza, fuerza y humildad.
Sus capacidades a veces se convierten en leyendas ya que dominan tanto la realidad física como el mundo invisible. Tienen un visión “vertical” del ser humano y destacan por su impecabilidad. Suelen ir acompañados de seres de luz, grandes seres invisibles que son invocados en las ceremonias para la transformación y sanción de los participantes.
JOSÉ LUIS LÓPEZ DELGADO
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